COSTAL-HERO

Siempre me ha llamado la atención, desde que tengo constancia de ello, ver “bailar” La Virgen del Carmen cada mes de Julio por las calles del barrio. Siento una profunda curiosidad por comprender la motivación de esas personas que, apiñadas en una formación precisa y disciplinada, permanecen ocultos bajo un faldón bordado que cubre una compleja estructura de hierro y madera. Entre parihuelas y trabajaderas, a la voz de :“Todos por igual valientes” con vigor, determinación y movimiento recio y severo, meten riñones, levantan y soportan sobre sus Cérviz más de una tonelada de peso.

En cada parada, descanso o relevo, los vítores, cantos, rezos y alabanzas hacia la Virgen se suceden ininterrumpidamente por los miles de fieles que abarrotan las calles y se congregan alrededor del trono. Unos pocos, se acuerdan de ellos, y gritan: “Viva los costaleros”.

Si bien para muchos el barrio de La Isleta se concibe inseparablemente ligado a la figura de la Virgen del Carmen, para otros, la esencia misma de la festividad reside intrínsecamente en sus costaleros. Estos hombres: abogados, carpinteros, chóferes, estudiantes, etc.; que en función de su posición son: pateros, costeros, fijadores o corrientes, con su devoción, esfuerzo, sudor y lágrimas, personifican un ejemplo de fe y entrega.

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Fotografía por y con pasióncreado en Bluekea